La
Técnica del claroscuro
Muchas veces nos podemos dar cuenta de la incidencia que
presenta la luz en sobre los objetos para apreciar su volumen. Una de las
técnicas más comunes para representarla es el claroscuro, el cual consiste en
realizar una variación tonal con diferentes materiales: carboncillo, sanguina y
sepia, entre otros.
El claroscuro es una técnica de pintura que consiste
en el uso de contrastes fuertes entre volúmenes, unos iluminados y otros
ensombrecidos, para destacar más efectivamente algunos elementos. Desarrollada
inicialmente por los
pintores flamencos e italianos del cinquecento, la
técnica alcanzaría su madurez en el barroco.
Las zonas del claroscuro se producen cuando la luz
natural o artificial incide sobre el cuerpo. Entre ellas:
Zona de iluminación clara:
Esta zona identifica la parte que recibe los rayos de luz en forma directa
Zona de penumbra:
También llamada medio tono opaco. Esta zona identifica la zona intermedia entre la zona clara y la zona oscura, va desde la clara y hasta la oscura pasando por variedad de grises.
Zona oscura:
También llamada sombra propia, es la zona que no recibe ningún rayo de luz, y se mantiene oscura.
Zona proyectada:
Esta zona identifica la sombra que un objeto proyecta sobre otros objetos o sobre la superficie donde se encuentra.
Zona de reflejo:
Esta zona es la parte que recibe la luz que reflejan otros cuerpos que la acompañan, se caracteriza por medios tonos luminosos. Esta técnica realza el volumen de los objetos, retratos, expresiones faciales, da más vida al dibujo.
Zona de iluminación clara:
Esta zona identifica la parte que recibe los rayos de luz en forma directa
Zona de penumbra:
También llamada medio tono opaco. Esta zona identifica la zona intermedia entre la zona clara y la zona oscura, va desde la clara y hasta la oscura pasando por variedad de grises.
Zona oscura:
También llamada sombra propia, es la zona que no recibe ningún rayo de luz, y se mantiene oscura.
Zona proyectada:
Esta zona identifica la sombra que un objeto proyecta sobre otros objetos o sobre la superficie donde se encuentra.
Zona de reflejo:
Esta zona es la parte que recibe la luz que reflejan otros cuerpos que la acompañan, se caracteriza por medios tonos luminosos. Esta técnica realza el volumen de los objetos, retratos, expresiones faciales, da más vida al dibujo.
EL claroscuro es una técnica de dibujo que busca la
representación de los objetos a partir del desarrollo de las zonas de luz y de
sombra como un contraste simultaneo de tonos. El modelado de las formas a
partir del estudio de la luz es un ejercicio que requiere un profundo estudio
de valoración tonal y del funcionamiento de las graduaciones de los diferentes
grises. El trabajo del claroscuro no solo permite un modelado de las formas, es
importante también como afecta el cambio de luz en la composición del cuadro.
El claroscuro es un sistema de valoración que afecta no solo al elemento principal sino a todos los elementos que figuren en el marco del cuadro. La valoración de cada uno de los diferentes elementos del dibujo va a variar dependiendo siempre de la situación del modelo con respecto al foco de luz.
El claroscuro es un sistema de valoración que afecta no solo al elemento principal sino a todos los elementos que figuren en el marco del cuadro. La valoración de cada uno de los diferentes elementos del dibujo va a variar dependiendo siempre de la situación del modelo con respecto al foco de luz.
El claroscuro es un sistema de valoración que afecta no
solo al elemento principal sino a todos los elementos que figuren en el marco
del cuadro. La valoración de cada uno de los diferentes elementos del dibujo va
a variar dependiendo siempre de la situación del modelo con respecto al foco de
luz.
El claroscuro propone un análisis exhaustivo del modelo
con respecto a la iluminación que este reciba; por ello la luz se debe tratar
de forma radical sobre la superficie de los diferentes objetos que
compongan el modelo.
El ejercicio de valoración no debe limitarse a repetir la
misma fórmula de graduación de grises en todos los planos del dibujo, ya que
cada uno de los diferentes planos que componen el cuadro puede recibir luz de
manera diferente.
Por ejemplo, un primer término puede recibir el foco de
luz lateralmente, mientras que el segundo término puede recibir tan solo parte
de la luz que rebote del primero, requiriendo en su elaboración una valoración
mucho más agrisada y menos contrastada que la resolución del primer plano.
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